1* INTRODUCCION
2* EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROFECÍAS
3* ¿CASTIGO Y VENGANZA DE DIOS QUE SE DICE TODO AMOR Y PERDÓN?
4* ¿CUÁL ES LA CAUSA DE TANTO DOLOR?
5* LA SOLUCIÓN ESTÁ EN LA HUMANIDAD
6* BUENAS Y AGRADABLES PROFECÍAS
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1* INTRODUCCIÓN
Se aproxima a toda la humanidad una prueba muy grande, es un tiempo de gran tribulación, con acontecimientos extraños y sorprendentes tanto que en toda la historia de sus siglos no ha tenido semejanza y a los orgullosos y engrandecidos les parecerán absurdos e ilógicos, pero no les valdrá todo su poder, su ciencia, su oro, ni su sabiduría para contener el peso de la divina justicia.
Grande será la trasformación que sufra la humanidad en breve: instituciones, principios, creencias, doctrinas, costumbres, leyes y todos los órdenes de la vida humana serán conmovidos desde sus cimientos.
Todo lo que acontece en este tiempo estaba dicho, Buscad lo que está escrito por mis profetas para que no os sorprendáis y encontraréis la historia anticipada de todo lo que ahora está sucediendo.
Este tiempo tenía que llegar, escrito estaba, pero os he encontrado dormidos, sin recordar mis palabras.
Aún hay acontecimientos que están aún por venir y que no fueron anunciados en aquellos tiempos, porque esas profecías, las tenía reservadas vuestro Dios para darlas a conocer en este tiempo.
2* EL CUMPLIMIENTO DE LAS PROFECÍAS
Muchas calamidades vendrán sobre la humanidad; los elementos se desatarán. El fuego desvastará comarcas, las aguas de los ríos saldrán de su cauce, los mares tendrán cambios; habrá comarcas que quedarán sepultadas bajo las aguas y nuevas tierras aparecerán. Muchas criaturas perderán la vida y hasta los seres inferiores al hombre perecerán.
Verá este mundo la presencia de grandes terremotos, partes del mar se convertirán en tierra y otras tierras serán invadidas por las aguas. Los hombres saldrán de sus países en busca de salvación. Las lluvias devastarán como el diluvio del Primer Tiempo, tres cuartas partes de la tierra serán tocadas, a ellas el dolor les lavará y solo unos cuantos escaparán a estos rigores.
El pan no será suficiente para alimentar a los hombres, la Tierra, hoy fecunda, por un tiempo se volverá estéril y contemplaréis dolor, hambre y corrupción. Caravanas de hombres y mujeres irán de puerta en puerta, implorando caridad.
El sol hará caer sobre este mundo, rayos candentes que quemarán su superficie. Los continentes, de un punto al otro, serán tocados por el dolor
Los campos se cubrirán de cadáveres, unos rnorirán por el fuego, otros por el hambre y otros por la guerra.
El fuego se desatará, los vientos se desencadenarán y las epidemias arrasarán comarcas. confundiendo a los científicos; habrá enfermedades extrañas y raras, ante las cuales la ciencia será impotente. Los mismos hombres de ciencia enfermarán, de muchos se cerrarán sus ojos, a otros se les trastornará su cerebro.
3* ¿CASTIGO Y VENGANZA DE DIOS QUE SE DICE TODO AMOR Y PERDÓN?
Cuando el dolor llegue a su máximo, los hombres, aún tendrán fuerzas para gritar: ¡Castigo de Dios! ¿Qué he hemos hecho de mal? Yo os digo: Son los hombres los que provocan tempestades y quienes encienden el fuego del dolor y después claman para que Dios lo apague.
Es menester que os hable así, mas no toméis mi palabra confundiéndola con un látigo. No me atribuyáis a Mí el cáliz que beben los hombres, el caos que habéis provocado es el el fruto de vuestros pecados y errores.
Ante mi tribunal nunca hace acto de presencia el rencor, la venganza, mucho menos el castigo, sois vosotros los que dictáis vuestra sentencia.
El tiempo de la restitución y de la purificación tenía que llegar aunque para ello tuvieran que pasar siglos y aunque mi justicia tarde en apariencia, llegue tarde o fuera de tiempo, lo cierto es que se manifiesta siempre en forma sabia, perfecta e inexorable, Ese tiempo ha llegado, comprendedlo, vividlo y aprovechadlo.
La purificación tiene apariencia de castigo sin serlo, porque viene siempre a tocar lo más sensible, lo más delicado y querido; pero en realidad es medio de salvación para el espíritu alejado o perdido del camino.
Tengo que hablaros así porque vuestro mundo vive envuelto en guerras de toda índole. Cuando las pruebas llegan al mundo siempre le sorprenden impreparado, porque mientras piensa y medita poco en lo eterno gusta demasiado de los halagos del mundo y de la carne.
Este dolor servirá para arrancar de raíz la mala hierba que ha crecido en el corazón de la humanidad. Día de juicio, de temor y de arrepentimiento para muchos.
4* ¿CUÁL ES LA CAUSA DE TANTO DOLOR?
Este mundo ya resulta pequeño para contener tanto dolor humano, se agita en medio de una tempestad y ha perdido el rumbo, se ha conformado con vivir, buscando lo necesario para el sustento de su cuerpo y ha olvidado en el fondo de su ser a su espíritu, estáis siempre preocupados por los bienes del mundo; os conformáis con un poco de tranquilidad, un techo seguro, un poco de salud corporal, el calor de los vuestros y un puñado de monedas.
Estáis tan familiarizados con el pecado, que vuestra vida llega a pareceros lo más natural, y normal, tal parece que Sodoma y Gomorra, Babilonia y Roma, hubiesen volcado sobre esta humanidad, toda su perversidad y su pecado.
Os enseñé a dar a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, mas para los hombres de hoy sólo existe el César y a su Dios nada tiene que ofrecerle, si cuando menos le dieseis al mundo lo justo, vuestras penas serían menores; pero el César que habéis puesto delante de vuestras acciones, os ha dictado leyes absurdas, os ha convertido en esclavos y os quita la vida sin daros nada en compensación.
Las pruebas por las que atraviesa vuestro mundo, son señales del final de una Era, son el ocaso o la agonía de un tiempo de materialismo, porque materialismo existe en vuestra ciencia, en vuestras ambiciones y en vuestros afectos. Materialismo existe en vuestro culto hacia Mí y en todas vuestras obras: El amor al mundo, la codicia, el deleite de todos los bajos deseos, el egoísmo, mentir, robar, humillar, el amor por sí mismo, el orgullo, la infidelidad, los vicios, la maldad en diferentes formas, la soberbia, la vanidad, el orgullo, el desamor, la envidia, falta de caridad, el resentimiento,la perversidad. la hipocresía, la ambición el poder, los falsos placeres, las bajas pasiones, la discordia, la desunión, la guerra, y las religiones se desconocen y se desgarran entre sí, diciéndose poseedoras de la verdad.
Todo esto es la fuerza, que se ha multiplicado creando malas influencias que invaden y causan trastorno, ofuscando vuestro espíritu mente y corazón, es el resultado natural de vuestras desobediencias.
Es el árbol del mal ha crecido en el corazón de los hombres, árbol que ha sido fecundado con grandes vicios y pecados, cuyos frutos siguen tentando a la mujer y al hombre, haciendo caer día a día a nuevos corazones. Bajo la sombra de ese árbol yacen hombres y mujeres sin fuerzas para librarse de su influencia; ahí han quedado virtudes rotas, honras manchadas y se ha terminado con muchas vidas.
No solamente los adultos corren atraídos por los placeres y vicios también los adolescentes y hasta los niños, a todos les ha llegado el veneno acumulado a través de los tiempos.
Esta humanidad, no se da cuenta del tiempo en que vive, porque si lo supiera, ya las manos homicidas se hubieran detenido, habría vigilia, oración y temor, habría perdón entre los hombres y habría arrepentimiento; mas nada de eso existe; cada día se rompen nuevos lazos de amor entre los pueblos de la tierra. La espiritualidad y la moral han sido rechazadas, sólo existe una lucha sorda de odios, egoísmos y ambiciones que ponen de manifiesto la falta de verdadera espiritualidad y de verdadero amor entre unos y otros.
Mirad la guerra, el hambre, la peste y la muerte como un tétrico cortejo que va de pueblo en pueblo sembrando el luto, la desolación y el exterminio.
Humanidad: Habéis permanecido dormida a través de los tiempos, porque creísteis que la felicidad y la paz verdadera pertenecen a la existencia humana, sin saber que forman parte de la vida espiritual, que es la verdadera vida
5* LA SOLUCIÓN ESTÁ EN LA HUMANIDAD
Ante el el mal, reinante, sube a la altura de los cielos, el clamor de los pueblos de este mundo, y angustiosamente se preguntan: ¿Cuándo viviremos con un poco de paz y sin tantos problemas? ¿Cuándo llegará la humanidad a vivir en la moral y en la virtud? ¿Cuándo habrá respeto mutuo entre padres e hijos y esposos? ¿Cuándo habrá inocencia en los niños, pureza en las doncellas, rectitud en los varones, justicia en los jueces, magnanimidad en los gobernantes, respeto y amor a la creación? En una palabra: ¿Cuándo habrá amor y comprensión de unos a otros?
Yo os digo: Cuando el orden de vuestra vida cambie, cuando haya respeto y caridad de unos a otros, y desaparezca la máscara de hipocresía, cuando haya regeneración del hombre y de la mujer.
Cuando aprendáis a ser sinceros y mirar fuera de vosotros, y pensar en el dolor de vuestros hermanos, cuando comprendáis que no sólo son asesinos los que quitan la vida del cuerpo, sino aquellos que matan la fe, roban la honra y matan los sentimientos; cuando os perdonéis los unos a los otros, cuando comprendáis que el que no es causante de la guerra, es responsable de la paz, y cuando oréis sin distinción de razas o credos.
Oración, meditación, serenidad y elevación, son bienes que ya deben incorporarse a vuestra vida diaria como parte esencial de ella, para que así nada pueda sorprenderos.
Orad, ahora que vuestro mundo se encuentra con tantos peligros. Orad espiritualmente y tendréis las armas que os harán invencibles en la lucha diaria y os darán fuerza para resistir todas las pruebas.
También a Jerusalén la invité a orar y a volver al culto verdadero; pero su corazón incrédulo y carnal rechazó mi paternal advertencia y esperó que los hechos le revelasen la verdad. ¡Cuán amargos fueron aquellos días para Jerusalén!
En la oración encontraréis la forma de prevenir algún peligro, de resolver un problema, de solucionar una confusión. En esa hora de bendita comunicación espiritual, se aclararán todos vuestros sentidos y os sentiréis más dispuestos e inclinados a hacer el bien. Orad en cualquier hora y en cualquier lugar.
El milagro no está en Mí, sino en vosotros, no todo ha de hacerlo vuestro Dios. Yo sólo os pido vuestra regeneración, llevando una vida sana tanto en lo espiritual como en lo humano, si así lo hiciereis humanidad, Yo haré que este mundo se levante limpio de su lepra, también haré surgir vida de la muerte; lograré que del odio broten frutos de reconciliación y que de la locura surja la razón.
Entonces, la conciencia embellecerá la pobre vida humana, será cuando empiece para vosotros la verdadera vida, esta vida que hoy contempláis con indiferencia, porque no sabéis lo que despreciáis ni imagináis su perfección.
¿No decís que sois imagen de vuestro Dios? Entonces debéis demostrarlo siendo buenos en vuestra vida y todo esto formará parte de la solución esperada por la humanidad, cada quien debe hacer la parte que le corresponda.
Examinaos a vosotros mismos y corregid cuanto haya que corregir, limpiad todo cuanto haya que limpiar, quitad de vuestra vida cuánto tengáis que quitar. Esa conquista podéis hacerla fácilmente por el amor o penosamente por el dolor. Yo os ayudo, os consuelo y os dirijo, más a vosotros toca hacer el resto.
Quien diariamente se examine, tendrá que mejorar su manera de pensar, de vivir, de hablar y de sentir. De cierto os digo que la solución a todos los males que sufre la humanidad, se encuentra en ella misma.
¿Queréis dejar de sufrir? Amad, haced el bien, reconstruid vuestra vida. ¿Queréis ser grandes, ser felices? Amad mucho y perdonad. ¿Queréis llorar, deseáis que la amargura os invada, queréis guerras y desolación? Continuad como estáis viviendo.
Meditad en todo esto, y no juzguéis, para que no tenga que repetiros mis palabras de aquel tiempo: «El que se encuentre libre de pecado, que arroje la primera piedra».
Combatid vuestros errores y seréis sanos, más éso a vosotros corresponde hacerlo, Yo sólo os enseño y os ayudo.
Qué fácil y sencilla es la solución de todos vuestros conflictos, si cada quien obrara de acuerdo con la conciencia; entonces el mundo estaría en paz.
6* BUENAS Y AGRADABLES PROFECÍAS
¿Es que todo lo que venga a vosotros ha de ser para empeorar o amargar indefinidamente vuestra existencia?
“Porque un momento será su ira, (Justicia) Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana vendrá la alegría” (Salmos 30:5)
Humanidad: sosegad vuestra mente agitada por las vicisitudes y azares de la vida. ¡Cuánto lucháis tratando de libraros de la oscuridad en que vivís, a pesar de encontraros en pleno tiempo de la luz! Grande es vuestra lucha y por eso os sentís cansada.
Cierto es que a este mundo le esperan pruebas muy grandes, porque el cumplimiento de algunas malas profecías, son como vendaval que azota, pero también hay buenas profecías que son brisa de primavera que acaricia.
Estáis tan acostumbrados a recibir una calamidad tras otra, que ya no esperáis nada bueno ¿Es que habéis perdido vuestra fe?
Yo os digo: Después de este gran caos, volverán las naciones a recobrar la calma y todo volverá a su orden y armonía.
Veréis de nuevo el cielo limpio y los campos fecundos, las aguas en su corriente volverán a ser puras y el mar será clemente; habrá frutos en los árboles y flores en los prados y las cosechas serán abundantes.
Veréis como se unen y se reconciliación los pueblos que por siglos han vivido como enemigos; y surgirán los frutos de espiritualidad.
Los hombres mirarán la vida a través de un sentido más espiritual y elevado, caerá la venda del fanatismo religioso y sentirá la humanidad mi presencia afirmando a los hombres en el camino de la luz, de la fe, del bien y la justicia
Desaparecerá el egoísmo y cada quien será útil a los demás. En mi justicia se inspirarán los hombres para hacer nuevas leyes y gobernar con amor a los pueblos.
La vida en este planeta cambiará y donde ha brotado llanto, sólo habrá alegría, donde hubo muerte, habrá vida, y donde había tinieblas, sólo habrá luz, pero eso de vosotros mucho depende también.
La madre Tierra, que desde los primeros tiempos ha sido profanada, volverá a ataviarse con sus galas más hermosas y los hombres no la volverán a llamar valle de lágrimas, ni la convertirán en campo de sangre y de muerte.
Los árboles se cargarán de buenos frutos y las cosechas serán abundantes y la salud y el bienestar y la paz, envolverán la vida humana.
Los ríos serán abundantes, las tierras estériles serán fértiles. Los elementos volverán a su cauce porque habrá armonía entre el hombre y Dios, y entre las leyes dictadas por el Autor de la vida.
La misma naturaleza que a veces os parece hostil, la veréis amable en sus distintas estaciones. Los montes y valles, ostentarán exuberancia y belleza.
Florecerán los campos, habrá paz en los corazones y pan en abundancia en todos los hogares. La vida humana será un culto que se eleve hasta Mí al cumplir con el precepto que os dice «Amaos los unos a los otros».
Los hombres y mujeres, sin apartarse de sus deberes, en el mundo, pondrán al servicio de mi causa divina su fortaleza, su talento y su corazón. Buscarán los goces sanos, los que sean saludables para su espíritu y su cuerpo, lucharán por su regeneración y por su libertad, no se contaminarán, no tomarán lo que no les sea necesario, desaparecerá la maldad y la frivolidad; entonces el espíritu de cada ser de la humanidad, hará una vida espiritual de amor, de fraternidad y de paz.
Las religiones, la moral, la ciencia, la filosofía, todos los conceptos sufrirán grande transformación y los hombres, conocerán por fin el verdadero sentido de la vida,
Volverá la moral al seno del hogar, habrá verdad en vuestras instituciones y espiritualidad en vuestras costumbres. Veréis como se unen aquellos pueblos y razas que por siglos han vivido como enemigos; presenciaréis su reconciliación y veréis surgir por todas partes los frutos de la espiritualidad.
Será la derrota del materialismo, cuando los hombres que sólo han amado al mundo, contemplen con la mirada del espíritu la vida verdadera.
Entonces podréis los unos esperar de los otros, porque mi luz, mi presencia, mi justicia de amor estará en todos.
Desde ese día, el hombre despreciará la guerra, arrojará de su corazón el odio y el rencor, perseguirá al pecado para destruirlo y comenzará una vida de restauración y de reconstrucción.
La división de los hombres desaparecerá, y así como en sus discordias se distanciaron unos de otros, creando idiomas y lenguas para cada pueblo, todos sentirán la necesidad de entenderse con un solo lenguaje: ¡El del verdadero amor!
El materialismo, el orgullo y la soberbia, serán abatidos, cuando el dragón de vuestras pasiones haya sido muerto por vuestras armas de luz, un mundo nuevo aparecerá delante de los hombres, el cual parecerá más hermoso, porque entonces los hombres sabrán tomarlo para su bienestar y progreso, dando a todas sus obras un ideal de espiritualidad.
Las diferencias de razas desaparecerán; los obstáculos, hasta hoy considerados como insuperables, serán al fin vencidos con la razón, la equidad y el buen juicio estarán en cada hombre, para que no se trastorne la paz del mundo.
Cuántas ciencias y teorías van aquedar sepultadas en el olvido, cuando el nuevo día asome y se haga el silencio y la paz en los corazones, y exista oración y espiritualidad.
Llegará el tiempo en que se sepa unir la Ley espiritual con la del mundo, o sea el poder eterno con el poder temporal.
La conciencia será escuchada y obedecida, los llamados del espíritu serán entendidos, los anhelos y derechos espirituales serán tenidos en cuenta y respetados y en todas partes brillará el anhelo de conocer a Dios, de sentirlo, de acercarse a Él y de mirar su verdad.
Muchos hombres en su falsa grandeza, abandonarán a sus pueblos y naciones, para buscar la soledad y la paz con la conciencia; otros, que han sido notables por sus odios y por sus ambiciones, sorprenderán al mundo, porque de ellos brotarán palabras de amor y de paz.
Ya no habrá lágrimas, luto, ni orfandad en los hogares por causa de las guerras. Todo será limpio y desmanchado para que este mundo sea digno de poseer el nuevo tiempo que se acerca, porque he de cimentar sobre bases firmes a la nueva humanidad.
Es en ese tiempo de espiritualidad, en el que los hombres pondrán su fuerza mental al servicio del espíritu, y la misma ciencia se inclinará ante su luz.
Después del egoísmo en que han vivido los hombres, volverá a ellos la caridad y sabrán ir en busca del que necesite ayuda, para proporcionarle la paz y el consuelo que por mucho tiempo no supieron dar; entonces experimentarán la alegría que debe sentir el que ama a sus semejantes como a verdaderos hermanos.
Habrá lágrimas de arrepentimiento de los corazones de los grandes pecadores, veréis. muertos a la fe y a la virtud resucitar a la vida; enfermos de lacras morales que se limpian y ciegos a la verdad que abren sus ojos para contemplar la verdad.
Pensad en el adelanto de una humanidad cuya moral proceda de la espiritualidad; una humanidad sin límites ni fronteras, compartiendo fraternalmente todos los medios de vida que la Tierra ofrece a sus hijos. Imaginad lo que será la ciencia humana, cuando ella tenga por ideal el amor de los unos a los otros, cuando el hombre obtenga a través de la oración los conocimientos que busca.
Concebid una humanidad que consagre su ciencia, su talento, al servicio de ella misma, que sin fanatismo ni idolatría, rinda culto agradable a Dios; que aún los placeres sean saludables y sus goces sanos al cuerpo y al espíritu y tendréis un mundo nuevo, moral, científico y espiritualmente elevado. Se respetará la vida del semejante y no se dispondrá de la propia, porque comprenderán muchos hombres que no son dueños de sí mismos y que el único dueño de todo soy Yo.
Y ese lamento que se eleva hasta Mí, por la viudez, la orfandad, la escasez de pan, la ausencia de paz y de alegría, se cambiará por un himno de amor y de reconocimiento que brotará de todos mis hijos.
Esa sí será vida para los hombres, porque dentro de ella respirarán paz, gozarán de libertad y se sustentarán solamente con aquello que encierre verdad. Entonces sabréis por qué le he llamado vida.
Esto será cuando la humanidad arranque el pecado de su corazón. Yo sé que después vendrán tiempos en los que el hombre y la mujer, desde el niño hasta el anciano, podrán gozar de absoluta paz y experimentarán la dicha de vivir en plena felicidad aquí en este mundo, donde tanto se ha llorado y tanta sangre se ha derramado.
Se iluminará la vida del hogar, fortaleciendo a los padres en la virtud, a los matrimonios en la fidelidad, a los hijos en la obediencia y colmará de sabiduría a los maestros, hará magnánimos a los gobernantes e inspirará a los jueces, para que hagan verdadera justicia; los científicos se verán iluminados y esta luz les revelará grandes secretos para el bien de la humanidad. Así empezará una nueva era de paz y de progreso.
Este mundo será un pequeño santuario en medio del universo, desde el cual los hombres eleven su espíritu al infinito, en una comunicación de humildad y amor con su Padre Celestial.
Al final de los tiempos, cuando el hombre haya arrancado del árbol el último fruto vano, reconocerá la pequeñez de sus obras que antes le parecieron tan grandes y comprenderá y sentirá la vida espiritual, y a través de ella, admirará como nunca la obra del Creador.
Cesarán las confusiones, desaparecerán las encrucijadas, se disiparán los misterios, y una luz brillante, pero a la vez dulce y suave, será sobre esta humanidad, como un bálsamo sobre sus heridas.
Será el renacimiento espiritual y material de la humanidad. Entonces los hombres al transitar en el sendero de la virtud y la espiritualidad, se asombrarán al comprender que esta vida es la misma que les ofrecí desde el principio, que nada en ella ha cambiado, sabrán que el planeta que les confié como morada pasajera, sigue siendo pródigo en bendiciones, que la madre Tierra misericordiosa como el autor de la vida, les sigue ofreciendo su seno para alimentarlos con su amor, porque esa es la misión que el Padre le ha confiado. El sol será el mismo, que enviará siempre su calor vivificante, como un símbolo de la presencia de Dios.
¿No presentís aún las grandezas y las maravillas que os promete el tiempo de luz? ¿No os regocijáis pensando que ya está cerca el tiempo en que el mundo salga de sus tinieblas para abrir sus ojos al nuevo día? Será cuando retorne la esencia verdadera, la luz a los espíritus, a las mentes y la paz a los corazones.
Así os preparo, para los tiempos que os esperan, en los cuales no habrá hambrientos ante satisfechos, ignorantes ante sabios, ni grandes ante pequeños, todos estaréis en el banquete de vuestro Dios, en donde os alimentaréis y hambre y sed no volveréis a sentir.
Ahora parece inalcanzable tanta paz y bienestar espiritual y material, porque miráis toda la confusión que reina en esta humanidad.
¿Os parece una fantasía mi palabra? Es que no dais cuenta de que estáis en el final de una etapa material y en el principio de una era espiritual.
¿Por qué dudáis de tanta felicidad? Nuevas generaciones poblarán la Tierra y recogerán los frutos de la experiencia y de la evolución tanto espiritual como material, que sus antepasados hayan dejado, porque de todo el pasado seleccionarán sólo los buenos frutos.
La misma Tierra sentirá que sus nuevos moradores vienen a restaurar con obras nobles y reconstruir, lo que antes los destructores, profanos, e insensatos, mancharon y destruyeron.
Después del nuevo diluvio, brillará el iris como símbolo de paz. Luego vendrá el silencio, la meditación y con ello la regeneración, los propósitos y los ideales elevados. Ante los hombres se abrirá un nuevo mundo guiado por el espíritu, iluminado por la conciencia, encauzado por el camino de mi Ley y en esta nueva era penetrará una humanidad purificada en el dolor y acrisolada en la experiencia.
Luego de esta noche tempestuosa, asomará la luz de la nueva aurora.